Pensando
durante una o dos semanas, cuál podía ser el tema a tratar para revivir mi blog
personal, me decidí por aquello de lo que vengo escribiendo y leyendo los
últimos meses: los temas esotéricos y paranormales. No pretendo con esto
rendirme ante los lectores como un fanático de los temas cabalísticos, porque
apenas estoy introduciéndome en la materia, pero puedo adelantarles que durante
los meses que vengo leyendo sobre estos temas, me doy cuenta de muchas verdades
que durante años, por no decir siglos, el hombre ha ignorado por muchas
razones, entre ellas el temor a ser considerado loco o por culpa de las
religiones, por mencionar las más frecuentes.
Esto
no es de sorprender. La iglesia católica, por ejemplo, durante mucho tiempo ha intentado silenciar
muchas cosas por temor a descapitalizar los votos de sus fieles. Pero si de
algo reniegan muchos católicos es la idea de la reencarnación. ¿Por qué pensar
que Dios nos ha dejado aquí con una misión a cumplirse en una sola vida? Una
vida finita, mortal, limitada muchas veces a años, meses, días o incluso horas
o minutos. ¿No sería más productivo pensar que Dios nos ha permitido vivir en
este mundo bajo el precepto de evolucionar espiritualmente a lo largo de muchas
vidas?
Me
temo que una vida es muy corta.
Creo
que la idea de la evolución de las almas es un tanto temeraria, en el sentido
estricto para los católicos, ya que decirles a sus fieles que para alcanzar su
desarrollo espiritual pueden pasar diez, quince, cientos o miles de vidas para
lograrlo, puede que no sea favorable. Pero algo de eso existe, y no hay razón
para pensar que ese desarrollo anhelado por muchos, llegue tan fácil, como
caído del cielo.
Entonces
entramos a la inmediatez, un tema con el que cierro, por ahora, este tema que
da para muchísimo más, pero por cuestiones de tiempo, ustedes lectores, querrán
algo más digerible en qué invertir su tiempo en la red. La inmediatez es un
producto nacido como consecuencia de la modernidad. Cada día somos menos los
que invertimos tiempo en el desarrollo personal y espiritual, y se nos pasa la
vida generando ingresos y asegurando un patrimonio de bienes materiales que, a
la larga, sólo sirven para la comodidad inmediata, no para el futuro y la
perpetuidad de la especie. Se piensa en el ahora, con una mirada agresiva al
futuro, como si aquello que estuviera allá, dentro de cincuenta años, es tan
lejano como una galaxia escondida en el tiempo, como las historias de
ciencia-ficción.
Habría querido continuar, pero el tiempo vale oro, aunque cuando se trata de estos temas no son una pérdida de tiempo sino una inversión para el alma. Después volveré a los temas propuestos aquí.
ResponderEliminarRicardo yo la verdad es que en temas de estos de la reencarnación, el más allá y todo lo que la Iglesia Católica nos viene vendiendo desde hace dos mil años largos, como que no creo para nada. Otra cosa es respetar las creencias de los demás. Yo en lo único creo es en el más acá y en el día a día. Además con los escándalos de la Iglesia que han sido destapados en los últimos años, aunque de siempre se ha sabido, hasta los más fervientes católicos les van restado credibilidad.
ResponderEliminarSaludos y gracias por tu visita: hasta cuando quieras.
En efecto, yo tampoco, amigo Rafa. Por eso lo relaciono con la dificultad que tiene la iglesia para justificar muchas cosas que dice y profesa. Pero más allá de creer o no, el tema me parece fascinante. Feliz semana.
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