En un
asalto por alcanzar los sueños los vi una noche envueltos en llamas. Traté de
extinguirlos. En tus ojos pude ver lo maravilloso del amor, y como un castillo
de naipes, en un golpe de viento inesperado, se derrumbó todo a mí alrededor.
Pero no importa, encontraré la forma de conseguir reunir de nuevo las cartas, para
edificar el castillo y convertirlo en una fortaleza para que nada ni nadie
trate de derrumbarlo, y en el que tú y yo podamos vivir eternamente.
Estoy seguro que ese castillo ha sido edificado desde hace mucho. Hoy es nuestro palacete.
Lindo castillo de naipes el tuyo amigo.
ResponderEliminarUn abrazo Ricardo.
Muchas gracias, amigo.
ResponderEliminarRicardo, creo que todos/as soñamos con vivir en un castillo resguardados de amenazas y seguros del amor que vivimos. Pero son sueños, sí...castillos de naipes que caen después del juego.
ResponderEliminarBesos, y gracias por tu visita.
Mmmmmm te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Lo mas guapo tu. Mmmmmm.
ResponderEliminarCastillos de naipes construidos en el aire sostenidos por ilusiones, ilusiones que se desvanecen, como cartas que caen silenciosas. Preludio de un sendero que quedó sin terminar.
ResponderEliminar¡Felicidad perdida!
Besos Román.