Hacía mucho
tiempo que no leía una prosa tan cargada de imágenes cuya recompensa se viera
reflejado en una historia cautivadora y cargada de adrenalina. Sin duda, El
último pasajero, escrita por Manel Loureiro, publicada en el año 2013, debe
dársele el lugar que merece dentro de los anaqueles de la buena literatura
contemporánea sin que le tiemble el pulso a nadie.
El último
pasajero es una historia que se mueve entre dos tiempos. La narración se inicia
en el año 1939, cuando un barco inglés se tropieza una noche, dentro de un
banco de niebla misteriosa, con un transatlántico alemán nazi a la deriva,
vacío, sin tripulantes, sin pasajeros, sin ningún marinero a bordo, excepto un
bebé de meses que aparece en extrañas circunstancias envuelto en un talit con
una estrella de David colgado en el cuello. ¿Un niño judío en un barco nazi?
Algo no anda bien.
Muchísimos
años después, una periodista decide cubrir una investigación relacionada con el
barco nazi encontrado en aquellos años, el cual había sido comprado
recientemente por un millonario hombre de negocios de nacionalidad judía.
Después de varios intentos por acercarse al hombre judío, conocer por encima la
historia que esconde el barco, relacionarse con personas vinculadas al barco,
al final la periodista es aceptada para que navegue junto a un grupo de hombres
armados (ex-militares) y científicos destacados, liderados por el judío, las
rutas que hace más de setenta años había realizado el barco nazi, en búsqueda
de respuestas, sin saber que algo terrorífico se escondía en las entrañas de
ese transatlántico.
A medida que
el lector se adentra en la historia, los datos saltan a la vista, la imaginaria
se activa y todo comienza a organizarse a manera de rompecabezas en este
excelente relato de terror y suspenso. La manera como Loureiro describe y
ambiente los dos mundos, el de los vivos y los muertos, las reglas que se
constituyen entre los ambos mundos, el erotismo con el que aborda algunas
partes de la historia y la continua exaltación por los elementos propios del
terror puro, sumergen al lector en una vorágine de emociones y sensaciones
desbordantes.
Sin lugar a
dudas, una historia para ser leída y releída por los amantes del género. En
verdad no se arrepentirán.
Tendré en cuenta tu recomendación, Ricardo.
ResponderEliminarUn beso.
Por lo que has detallado, tiene muy buena pinta.
ResponderEliminarUn abrazo Ricardo.