He descubierto que estas sábanas se enfrían en la ausencia de ti. La almohada que hoy abrazo, aunque conserva algo de tu fragancia, sólo en los sueños puede materializarte, abrazada a mi, besándote, cuando la verdad es la materia fría y deforme de la almohada la que recibe ese amor. Cuánto te extraño...
En la noche se sienten tristezas y dudas, en el amanecer, la lejanía, y siempre es tan notoria su falta, su ausencia...
ResponderEliminarMe ha encantado verte nuevamente Ricardo.
Un gran abrazo amigo.
Hola, Lore. Gracias por haber participado en este pequeñito reencuentro. Pronto nos continuaremos leyendo.
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