Tú en cuatro estaciones

Muchas noches me ha sorprendido la idea de verme atrapado bajo la esfera de tu mirada. Una mirada anclada en estaciones. Una mirada frente a un espejo de miradas al futuro y de sombras bajo el recuerdo de lo que fuimos, somos y seremos. Te ocultas tras los árboles de primavera: fresca y sonriente. La brisa juega con tus cabellos. Sonríes. Sentado en una banca te veo bailar con los brazos abiertos, jugando entre contrastes verdes, brisa y nubes. Así te descubro en medio de esta primavera silenciosa. Así te quiero ver siempre, radiante y hermosa, pues pronto llegará el celoso sol de verano. Puedo verte así como una fotografía, intacta, ante la perversidad del tiempo por destruirlo todo. Estamos anclados en el tiempo. Silencio. El otoño renace. Duermes entre los laureles. Te veo sonreír y pongo en tu cabello la flor que cayó del cielo. Silencio tus labios con un dulce beso. Aliento de mar atlántico y oceánico. Una dulce caricia ante la llegada del invierno. Te abrazo. Ahora estamos congelados, esperando que el invierno anestesie el tiempo. Sólo espero que nunca nuestro amor se quede en una sola estación, sino que fluyamos como el río… fluyamos eternamente, esperando que una nueva primavera renazca desde tu mirada.